Mi Experiencia Recibiendo Reiki
INTRO
Te cuento mi experiencia de la primera vez que recibí Reiki, para así ayudarte a aclarar las dudas que posiblemente tengas antes de intentar esta, u otra terapia energética.
¿Por qué quise recibir Reiki?
No fue mi intención buscar quien me hiciera Reiki, mi experiencia fue una cuestión de pura casualidad o causalidad. No sabía en ese momento para qué me serviría, solo sentía que había algo en mí, que no estaba bien; no era algo evidente, de hecho todo lo contrario, y eso hacía más complicado aceptar mi situación.
En ese entonces, tenía un buen puesto de trabajo, una casa nueva, recién mudada a otro país, mi familia unida con "problemas normales", un círculo bueno de amistades, en fin… quien me veía decía que yo era muy afortunada.
Y entonces, me entraba la culpa por no ser tan agradecida por lo que tenía, porque en realidad no estaba tan feliz; por dentro me sentía vacía, sin motivación, con mis energías por los suelos y empezaba con problemas de salud a mis 29.
Luego, un día cualquiera, aparece en mi oficina una compañera de trabajo y me cuenta que había ido a sesiones de Reiki y que se sentía renovada, que debería considerar probarlo.
No sé si fue mi desesperación por una solución, o que estaba en mi camino reincorporarme al mundo espiritual, que sin investigar, marqué al teléfono e hice la cita.
Mi experiencia en la primera sesión de Reiki.
Algo fuera de lo ordinario, es que mi primera sesión de Reiki fue a distancia, no tuve que ir a ningún lado ni conectarme por video; no me cuestioné la forma de "entrega", porque aunque no sabía de Reiki, entendía que la energía no tiene límites de tiempo ni espacio.
Las sesiones me las hacían mientras dormía, así que no puedo decir que fue lo que sentí. Lo que recuerdo, es que tenía sueños muy vividos, despertaba con optimismo y una sensación de ligereza, como quien se quita un gran peso de encima; ya de entrada, esto había resuelto mi mayor malestar.
También tuve la oportunidad de probar una sesión de Reiki a distancia mientras estaba despierta con otra persona; esta vez, incluso sabía la hora en que iba a empezar.
En esta sesión, noté como empecé a tener ansiedad cerca de la hora en que me iba a enviar energía; no creo que este método fue lo mejor para mí curiosidad, porque no me relaje por estar a la expectativa de lo que iba a pasar.
Unos minutos de haber comenzado esta sesión, sentía como si mi corazón se me salía del pecho, una sensación de angustia horrible, no hallaba que hacer; caminaba y respiraba profundo, me acostaba y cerraba los ojos, incluso trate de ver una película para “no pensar”... nada funcionó.
Aún no sabía que tan sensible era yo para sentir energías. Resulta que la persona que me iba a atender era nueva y estaba muy nerviosa por hacerlo bien; toda esa sensación y proyección me la envió inconscientemente.
Lo cual me llevó a comprobar que un terapeuta que no se trabaja, puede en una terapia energética transmitirte sus propias creencias, estado psicoemocional, sus proyecciones.
¿Qué me gustó de la Terapia Energética?
Si me enfoco en mi primera experiencia, lo que a mí más me gustó de recibir Terapia Energética fue que:
Noté cambios en menos de 24 hrs.; ya que al despertar me sentía con más energía, optimismo y claridad mental para resolver problemas en donde antes no veía solución.
Me ayudó a ver áreas de mí que estaba ignorando y que eran la causa subconsciente de mi malestar.
Me despertó aún más la intuición y la conexión con mi parte espiritual.
Ahora, si has escuchado otro tipo de beneficios, es posible; ya que una sesión la puedes personalizar para tus propias necesidades.
¿Qué no me gustó de la Terapia Energética?
Aclaro que lo que voy a mencionar tiene que ver con lo que no me gustó de mis primeras sesiones de reiki; no todos los métodos, ni terapeutas, ni experiencias de terapia energética van a ser iguales:
Tener efectos de “crisis de sanación”: puede ser que después de una sesión te dé un resfriado, diarrea, pesadillas, dolores en el cuerpo, entre otros síntomas, por el movimiento de la energía sacando toda la densidad que te hacía daño.
Ahora sé, que hay maneras de contrarrestar estos efectos, pero no todos los terapeutas las conocen y/o aplican.
Necesitar “refuerzos” semanales: cuando pregunté cuántas sesiones necesitaría, se me dijo que no había un límite, que lo ideal era una vez por semana.
Esto no es así, es más bien variable y depende de cada persona y su situación; en términos generales te viene bien:
Semanal; para tratar y dar seguimiento a un problema a resolver.
Mensual; para que te mantengas en un estado óptimo en cuerpo, emociones y mente.
Trimestral; ideal para ir trabajando problemas subconscientes antes de que se vuelvan problemas grandes.
Sentir que “tenía” que volver al terapeuta: lo ideal es encontrar quien te dé orientación o herramientas de autoayuda después de una sesión, así te puedes ayudar y no caer en la dependencia.
¿Cuántas sesiones de Reiki necesité?
El “contrato" constaba de 6 sesiones de reiki semanales; después, aunque sentí que no lo necesitaba, me dieron dos más de regalo, para un total de 8.
Entiendo que lo que una persona requiere es muy variable, algo así como decir ¿qué nutrientes necesita esta persona versus aquella?, pero yo recuerdo que la 4.ª sesión para mí fue como la última pieza del rompecabezas, el despertar de una nueva y mejorada yo.
Ahora que estoy del otro lado y he dado terapias energéticas, he comprobado que, en general, es en la cuarta sesión consecutiva que se logra, lo que podría describir, como una transformación profunda.
¿Cuánto tiempo dura el efecto de una sesión de Reiki?
Noté que la primera vez que uno se atiende con Reiki, el efecto dura apenas 8 días y luego surge algo más que armonizar; pero cuando se hace una terapia completa (con sesiones o herramientas complementarias), el efecto puede llegar a durar hasta varios meses (o años) para resolverse por completo.
Pero si solo quieres probar una sesión, aun así, te beneficias bastante, desde aliviar tus síntomas de estrés, hasta descubrir bloqueos de estados psicoemocionales que afectan algún área de tu vida.
Sugerencias antes de adquirir cualquier Terapia Energética.
Ya sea que escojas Reiki u otro método de terapia o medicina energética, sugiero que te informes casi a modo de entrevista con el o la terapeuta de al menos los siguientes puntos:
Su enfoque laboral; por ejemplo, una mega alerta roja es si accede a hacer un “trabajo” a alguien sin que esta sé
de por enterada para beneficiarte a ti.
El tipo de terapia energética que ofrece, ¿en qué medida te puede ayudar en TU situación?
Si se te presenta una crisis de sanación, ¿cómo lo maneja el terapeuta o con qué apoyo cuentas?
¿Cuántas sesiones cree que vas a necesitar y por qué?
¿Qué tan a gusto te sientes con la “vibra” que transmite la persona y con sus respuestas a la entrevista que le hagas?
Conclusión.
Si nunca has recibido terapia energética, es una buena opción probarlo, porque si vas a sentir mejoras después de una sesión (aunque creías no necesitarlo); y en el remoto caso de que no, vas a obtener información acerca de ti que antes no tenías, y a eso le puedes sacar bastante provecho.
También hay que ser realistas. No esperes resolver un problemón en una sola sesión; esto es como quien va al médico: dos personas pueden ir por tener “problemas para dormir”, mientras que a uno se le diagnostica estrés y no necesita volver más, al otro, le resulta diagnóstico de tiroides y va a requerir de seguimiento si quiere mejorar.
Y si no conoces con quien empezar, aquí encuentras varios servicios de terapia energética a distancia.
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¿Te has animado un poco más a probar la terapia energética después de leerme?
Dame tus preguntas o comentarios abajo para empezar la plática.