Los Secretos de la Hidratación
En una ocasión se me preguntó “¿qué hábitos de autocuidado tenía?”, no lo pensé dos veces cuando dije, entre otras cosas, “tomar agua”; siendo sincera, después de haberlo dicho dude en mi respuesta, pero después de ponerme a pensar no estaba equivocada… tomar agua es un hábito de cuidado propio.
A estas alturas ya nos sabemos de memoria que necesitamos tomar 8 vasos de agua al día, pero será que ¿en realidad necesitamos exactamente 8 vasos al día?; estamos hablando de un promedio de 2 litros de agua, y puedo creer que todos tomamos en promedio esa cantidad de líquidos, pero no agua.
Según el Neurocientífico Dr. Jeffrey Utz, los bebés se componen en promedio de 78% de agua, pero después del año baja hasta un 65%, ya en edad adulta el hombre sólo se compone de un 60% y la mujer de un 55%; ahora, estos porcentajes varían de acuerdo a la grasa corporal, más grasa menos agua.
"El agua representa vida y todo aquello con vida se compone de agua".
Ya que estamos en números, el Quimico Biologo H.H. Mitchell mencionó en uno de sus escritos que el cerebro y el corazón están compuestos de un 73% de agua. Y esta información me parece importante compartirla, porque quiere decir que si estamos hidratados, estamos proveyendo cuidado a dos de los órganos más importantes de nuestro cuerpo.
Al mantenernos hidratados, además de los beneficios físicos están los beneficios energéticos, - what???, momento que explico, estamos ayudando a tener claridad en nuestros pensamientos, mejor calidad de emociones y en general, a que así como líquido fluye por todo el cuerpo así de igual manera la energía.
Si eres de los que no te gusta el agua al natural, o por más que tomas no te quita la sed o si tomas retienes los líquidos (últimos dos son señales de deshidratación), te tengo unas alternativas deliciosas y mucho más efectivas que tomar agua al natural.
Un vaso con agua (250ml) y medio limón.
Lo puedes tomar durante todo el día, pero es mucho más efectivo si es lo primero que tomas al despertar. El limón ayuda a limpiar el hígado y el sistema linfático, ayuda a desechar toxinas del cuerpo, alcaliniza el agua, elimina bacterias de la boca y del intestino, ayuda a mejorar tu sistema inmunológico, etc; no creo que necesito mencionar más para convencerte .
Un vaso con agua y media cucharadita con miel.
La miel le da al agua propiedades antivirales y funge como antibiótico natural; recomiendo conseguir miel que no sea de marca comercial y preferentemente recolectada cerca de tu zona, así te aseguras de que la miel conserva todas sus propiedades naturales sin que haya pasado por ningun proceso de “esterilización”; la miel ‘cruda’ ayuda también a disminuir los efectos de alergias; ah y recuerda, la miel no se echa a perder por sí sola, pero al combinarla empieza la cuenta regresiva… así que nada de sobras.
Un vaso con agua y el jugo de un pepino.
El pepino tiene propiedades maravillosas, tiene electrolitos (eso que vienen en el suero o bebidas deportivas) y varios micronutrientes, es diurético, ayuda a eliminar bacteria en el tracto digestivo, ayuda a reducir la acumulación del ácido úrico y hasta es desinflamatorio (por eso se usa como mascarilla para los ojos).
Un vaso con agua y rayitos de sol.
En un universo energético, hace sentido que los rayos del sol proporcionen energía; obvio no se trata de dejar el agua a pleno rayo de sol hasta que casi hierva el agua, deja que al agua le de la luz del sol por un minuto, treinta segundos o hasta donde tu intuición te lo indique.
No tienes que limitarte solo a lo anterior, juega con tu creatividad y disfruta el agua de la manera que más te guste; si quieres compartir tu receta favorita, anotala en la sección de comentarios, me encantará conocer tus alternativas.