Diferencia entre Pesimista y Realista
¿Alguna vez te has preguntado si en verdad existen personas verdaderamente ‘positivas’?, ¿será una cuestión de personalidad o de suerte en la vida?; la respuesta es sencilla pero poco conocida:
¡Leíste bien!... ser positivo es un ejercicio de enfoque... literal; si bien no podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, sí podemos controlar en donde ponemos nuestro atención.
Si solo vemos lo que está mal, nos quejamos de lo que no sale bien, lo que hace falta y hasta nos ponemos de malas por lo que fué y por lo que va a pasar en otro día, estamos enfocándonos en el problema y no en la solución; al hacer esto, automáticamente ignoramos las cosas que sí están bien a nuestro alrededor, y es que está comprobado, nuestra mente solo puede enfocarse en una sola cosa a la vez (diferente a 'multitasking'); aquí es donde entra la parte del ejercicio: constantemente elegir enfocarnos en lo positivo; o sea, en lo que sí queremos.
A lo que voy es que TODOS somos realistas, nosotros mismos decidimos nuestra realidad; no se trata de ignorar o pretender que no existen las cosas desagradables, pero sí decidir cómo vamos a interpretar nuestras experiencias.
Te comparto 5 estrategias que pueden ayudar a promover un enfoque positivo:
Todo problema es temporal.
Como diría la abuela: “no hay problema que dure 100 años ni cuerpo que lo resista”; tan pronto te percates de un problema comienza a buscarle solución (no curitas), así estarás ejercitando tus emociones y mente para cualquier circunstancia; si ignoras el problema solo estás haciendo la parte temporal más larga.
“Los problemas no son desgracias, son enseñanzas para de ellas aprender y mejorar”
2. La magia de la gratitud.
Antes de dormir procura recordar al menos 3 cosas que agradecer de tu día y escríbelos, cada noche repasa el ejercicio sin repetir tus agradecimientos; esta es una manera de crear una mente con un enfoque nuevo; después de un tiempo, empezarás a ver cambios en tu manera de pensar y podrás empezar a agradecer por las cosas buenas que aún no llegan... y como arte de magia te llegarán.
3. Un toque de verde.
¿Qué te parece la idea de adoptar una planta para tener dentro de casa (no cactáceas)?, más aún si eres de los que crees que matas todo lo verde; no importa el tamaño, solo asegúrate de que sea de interiores, has un intento por aprender de ella, cuidarle y nutrirle una vez por semana, ese día hazlo también tu día, consiéntete dándote algo que te haga sentir bien y que sea de bien para ti.
4. Guarda silencio.
Busca al menos 20 minutos al día para estar a solas, sin ruido, sin distracciones, sin tele, sin teléfono, sin revista, periódico, nada. Acuéstate, siéntate o salte a caminar, usa el tiempo para reflexionar en tu presente y visualizar tu futuro (el que tú quieres). Al principio el silencio te puede parecer incómodo, pero así como pasamos tiempo con otros para conocerlos, también es bueno hacerlo con uno.
5. Abraza con ganas.
Sin motivo especial pero con intención sincera de hacerlo y no importa a quién o qué -pero siempre con permiso-, familia, pareja, amigos, mascota hasta un árbol, aunque parezca broma… la idea es que al hacerlo tu cuerpo produzca naturalmente la hormona del amor llamada oxitocina, y es que donde hay amor no hay preocupación, donde no hay preocupación hay paz.
Y no solo existen estas estrategias, pero en lo personal estas me han parecido más prácticas de implementar, ¿cómo te parecen?; me encantaría saber si ya utilizabas alguna de ellas o ¿qué otra te ha funcionado?.